El término homofobia es en verdad un neologismo
surgido en la bibliografía norteamericana
de la década del ’80.
Etimológicamente el vocablo significa el
rechazo a lo que es igual que uno mismo.
El sentido más difundido del término es el
de maltrato, odio o fobia al homosexual. En
sentido estricto la homofobia supone el
temor irracional al afecto o amor entre dos
personas del mismo sexo.
Desde el punto de vista descriptivo, la
homofobia se manifiesta bajo dos formas:
Un sistema de creencias o prejuicios que
sostiene que las minorías sexuales merecen
ser degradadas, recluidas, excluidas,
odiadas, separadas, etc.
Un sistema de creencias que atribuye a
las minorías sexuales una condición psicológica
anormal, una patología genética,
psicológica o psiquiátrica.
Algunas de las manifestaciones homofóbicas
más frecuentes son:
Uso de lenguaje ofensivo (apodos tales
como "marica", "raro", etc.)
Acoso verbal y físico
Intimidación
Abandono y maltrato por parte de amigos
y pares.
La homofobia puede consistir en acciones
de individuos aislados o formar parte de
políticas institucionales, cuando un gobierno,
empresa, organización educativa o religiosa,
discrimina injustamente a una persona
por su orientación sexual. La homofobia
puede adoptar también carácter cultural
bajo la forma de normas socialmente
establecidas o códigos de comportamiento
que, aún cuando no están asentados en la
jurisprudencia, de todos modos existen y
se actualizan en una sociedad legitimando
la violencia y opresión de las minorías
sexuales.